Revista de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario Nº 5029

Origen, circunstancias y detalles de una idea que transformó para siempre la relación de Rosario con las artes escénicas

La creación el 1° de abril de 1974 de la Escuela Nacional de Títeres resultó en una institución que, pese a los vaivenes políticos, dejó su marca en el panorama cultural y en los escenarios de la ciudad y del país

(Primera parte)

Son tiempos muy difíciles. La violencia política viene dejando un reguero de sangre entre proyectos contrapuestos para el país y para el Movimiento Nacional Justicialista desde 1973 en el poder. Su líder, Juan Perón, es el presidente de la Nación luego de su regreso del exilio. Pero no por mucho tiempo.

Con distintos y obvios matices, esos mismos desencuentros han demorado el sueño de quienes, atraídos por las artes escénicas, reclaman la creación de una escuela pública que supla y aglomere los esfuerzos pedagógicos de los grupos independientes de teatro de Rosario.

De allí que, formado en 1967 con expresas intenciones de presentarse como una organización artística y educativa, el Centro de Estudios Teatrales (CET) es considerado el primer grupo independiente rosarino, encabezado por Graciela Castellanos y Paco Gómez, en tener una propuesta educativa de tres años “para la investigación y la enseñanza del hecho teatral”.

Pasarán varios años de debates, propuestas y contrapropuestas. Hasta que un grupo de siete artistas -entre quienes estaban Alcides Moreno, Guadalupe Tempestini, A. Firpo, A.M. Valdecantos y E. Borzone junto a Alberto Tudurí- ha fogoneado y decide presentar un proyecto al Gobierno Nacional para la creación de una Escuela de Títeres, que en un principio se iba a llamar de Arte Dramático, y que cambiará para siempre la relación de los habitantes de Rosario con las artes escénicas.

Gracias a su vocación y empuje, el 1° de abril de 1974 se funda la Escuela Nacional de Títeres Joaquín Oláez y Gacitúa de Rosario bajo la tutela de la Dirección Nacional de Enseñanza Artística (Dinadea) del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. En realidad, en algún documento figuró como “Escuela piloto para niños y profesorado superior de Teatro de Títeres”, pero en la Resolución Ministerial N° 2212/74 dice “Escuela Nacional Superior de Maestros Titiriteros y Centro Experimental de Arte y Psicopedagogía Joaquín Oláez”.

El nombre de la Escuela homenajea a Oláez y Gacitúa, un acróbata y payaso considerado el primer titiritero del Virreinato del Río de la Plata, ya que en 1791 solicitó permiso al Cabildo de Buenos Aires para mostrar un nuevo arte en sus funciones.

La Escuela se convirtió de esta manera en la primera y única dependiente del Gobierno nacional fuera de la ciudad de Buenos Aires, y la única en su tipo y en su momento en Sudamérica. Compartió su primera locación con la Escuela Nacional de Comercio, luego Escuela Provincial de Enseñanza Media Gral. Las Heras N° 434 de Falucho 238 bis (Junín al 500) en el zona norte de Rosario. Su directora, Sra. de Monti, fue esencial como nexo.

Entre los objetivos de la propuesta, puede leerse una frase que resume el compromiso asumido por los pioneros al crear un escuela: “Nos identificamos con el deber del estado, y por el cual toma partido el actual Gobierno Nacional de proteger a los niños y jóvenes de nuestra patria, y conjuntamente dar una formación integral al ciudadano del futuro el que, a breve plazo, será parte decisiva de nuestra realidad político-económico-social”.

Primeros años

Las actividades comenzaron en la Escuela Las Heras antes de marzo de 1974, ya que para el miércoles 20 estaba previsto el inicio de la inscripción del alumnado, que iría hasta el viernes 5 de abril. Los interesados debían tener estudios secundarios completos o incompletos, documento de identidad y certificado de vacuna antivariólica.

El acto protocolar de inauguración se realizó el 20 de abril con la presencia de autoridades nacionales, provinciales y municipales, entre ellos la Directora Nacional de Enseñanza Artística, profesora Orfilia Pérez Román, y el intendente de Rosario, profesor Rodolfo Ruggeri, así como invitados especiales. También hubo una conferencia de prensa y al final se sirvió un vino de honor.

Las imágenes de la celebración que aquí se reproducen fueron tomadas por el fotógrafo y camarógrafo Hugo Edison, que tenía su estudio en avenida Alberdi al 100.

La Escuela se ordenó académica y administrativamente, y en mayo comenzaron las clases con horarios nocturnos, de 18 a 23 horas, en dos niveles: adolescentes y profesorado terciario. El primero a modo de taller y el segundo de tres años de duración con materias teóricas y prácticas.

Se veían materias teóricas como Interpretación (técnica del actor-titiritero) y Psicología Educacional los tres años de carrera, al igual que las materias prácticas o talleres de Plástica, Música, Expresión Corporal, Literario y de Títeres en sus diferentes expresiones como los títeres de guante y varilla, marioneta, marotte, sombra, teatro negro, animación, etc.

Simultáneamente, se ofrecían asignaturas como Introducción a la Psicología y Psicología Evolutiva, Dinámica de Grupo, Historia del Arte Iberoamericano, Historia de la Literatura Argentina, Infantil y Juvenil, Introducción a las Ciencias de la Educación, Didáctica General, Práctica de la Enseñanza, Seminario de Teoría de la Comunicación, Dirección Teatral y Foniatría. 

Su primer rector fue Alcides Moreno, un titiritero nacido en 1939 en Pérez, localidad del Gran Rosario, de gran renombre artístico por sus conocimientos y producción, creador del grupo El Farolito, exiliado en España desde 1980, donde siguió ofreciendo talleres y conferencias, y fallecido en la ciudad de Sevilla en 1998. En mayo de 2015, Moreno fue nombrado Artista Distinguido (post-mortem) por el Concejo Deliberante de Rosario.

La estructura administrativa de la Escuela se constituyó de un rector, un vicerrector, un regente, un secretario, un tesorero y un plantel de profesores. El vicerrector de la Escuela fue Alberto Tudurí y el regente Pedro Archipenko.

La propuesta conlleva una novedad y una salvedad: la implementación de un Gabinete de Psicopedagogía, con un cargo no rentado, a diferencia de los demás, encabezado por Tudurí. Comienza a funcionar también un Departamento de Investigación.

El grupo de profesores es elegido por su “capacidad”, por “amistades” y sin concurso. Más tarde, será el principal argumento de la Dictadura contra la Escuela: de gente no “muy potable políticamente” para sus objetivos educativos y culturales. Hacia adentro el clima era de experimentación y camaradería, cordialidad expresada en “La voz oculta de J. Oláez”, un periódico con bromas y anécdotas del personal que fue más tarde acallado por Moreno.

La creación de la Escuela no tuvo gran repercusión pública. Estaba lejos del centro neurálgico de la ciudad en épocas de un transporte público sin horarios ni apps, no tenía una inserción real en la zona y las campañas de difusión eran artesanales.

De cara al problema, la Escuela se planteó dos estrategias que resultaron fructíferas: junto a la Escuela de Comercio Las Heras organizó espectáculos de títeres sobre la calle Falucho que llamaron la atención de los chicos y las familias de los barrios de zona norte, al tiempo que dispuso la creación de cursos para docentes. Como consecuencia de esas acciones, la primera inscripción de alumnos al profesorado fue considerada un éxito. Fueron 24 inscriptos, algunos docentes satisfechos con los cursos.

Los siguientes son años de trabajo en un marco político y económico que se complica cada día más y el proyecto pedagógico de escuela de “libre expresión” y de “educación por el arte” entra rápidamente en crisis. Además, la relación con la Escuela Las Heras por los espacios para las tareas diarias fue difícil.

La Escuela sale rápidamente a vocear su nombre y ofrece cursos para docentes de distintos niveles de enseñanza. Entre otros, la Escuela firma en 1975 un convenio con la Asociación de Maestras Jardineras y la Escuela Normal N°2 para dictar un curso de Aplicación del Títere en el Jardín de Infantes.

Al año siguiente, el curso es de Aplicación del Títere en la Escuela Primaria, auspiciado por la Subinspección General de Escuelas de la III Región del Ministerio de Educación y Cultura de la Provincia de Santa Fe.

En 1975 la Escuela hace su primer intercambio internacional al participar del encuentro anual en Curitiba de la Associação Brasileira de Teatro de Bonecos (ABTB). Viajaron docentes y alumnos, hubo cursos, paneles, muestras y la Escuela presentó su proyecto. El evento permitió una profusa circulación postal con Estados Unidos, Francia y México. Ese año fue también el Primer Seminario y Taller de Títeres de Varillas de la Unión Internacional de la Marioneta (Unima) de la Zona Cuyo en Mendoza. La Escuela estuvo presente además en 1978 en el Congreso de la Unima en Petrópolis, estado de Río de Janeiro, Brasil, y el Congreso de Unima en Washington, Estados Unidos.

El terror acecha

Marzo de 1976 llegará con malas noticias para las libertades de los argentinos por culpa de un Golpe militar que en marzo derrocará al Gobierno constitucional y llevará al paroxismo la noción de Terrorismo de Estado con miles de muertos y desaparecidos. Se desata en las instituciones públicas, de todos los estamentos y niveles, incluidas las educativas, una persecución de trabajadores que decantará en sumarios, traslados, cesantías, amenazas, muertes y exilios.

La reacción de la Escuela, como la de muchas instituciones, es de repliegue, una táctica política que intentó preservar lo realizado hasta donde el cuerpo aguante. Algo así como “hacerse notar lo menos posible y no desaparecer”. Por falta de presupuesto se suprime el nivel para adolescentes. Pese al oscuro clima político, la Escuela forma su primer elenco en 1976. Se llamó “El caracol” y difundió por escuelas la obra “Había una vez un jardín”. Será la semilla para su primer elenco estable, que chocará con problemas políticos y administrativos para nombrar a su director.

Pese al oscuro clima político, la Escuela forma su primer elenco en 1976. Se llamó “El caracol” y difundió por escuelas la obra “Había una vez un jardín”. Será la semilla para su primer elenco estable, que chocará con problemas políticos y administrativos para nombrar a su director.

En 1977 sucede un hecho de la crónica policial que años más tarde tomará otra connotación. Con el título “Robaron a Leo Pascual”, el diario La Capital informa del hurto de los muñecos con los que Moreno hacía sus funciones, entre ellos el de Leo Pascual, un león muy conocido y querido por los niños. Se llevaron 25 muñecos. La noticia incluye la visión del titiritero, incrédulo de tal maldad, diciendo que seguramente los ladrones no se dieron cuenta qué se llevaban y que habían tenido “un mal momento”.

La Escuela recibió invitados como el titiritero Alberto Cebreiro y del maestro titiritero Héctor Di Mauro, del grupo La Pareja de Córdoba.

Entre 1978 y 1980 participa de un programa de intercambio social y cultural con establecimientos educativos fronterizos organizado por la Gendarmería Nacional y el Ministerio de Educación de la Nación denominado Marchemos a la frontera. La Escuela presenta la obra “Las andanzas del zorrito Juan” sobre folclore argentino basada en cuentos recopilados por el escritor santiagueño Bernardo Canal Feijóo. Con dirección de Alcides Moreno y la participación del propio Moreno y los titiriteros Guadalupe Tempestini, Ruth Durí, Miriam Gaido, Alicia Rajlin y Oscar Muñoz.

En octubre y noviembre de 1979 la Escuela Nacional de Títeres participó, junto a muchas otras instituciones educativas, de la IV Feria Provincial y I Nacional del Libro para niños que se realizó en el Centro Cultural Bernardino Rivadavia (hoy CC Roberto Fontanarrosa) y por la que pasaron 40 mil alumnos, sus familiares y docentes.

Censura, mudanza y valoración

En 1980 el rector Alcides Moreno es cesanteado en su cargo y se le prohíbe actuar en todo el país. Como secuela de la violencia institucional de la Dictadura militar, Moreno se exilia en España. Volverá a Rosario recién en 1996 para dar unas charlas y morirá en la ciudad de Sevilla en 1998.

En reemplazo de Moreno, en octubre de 1980 asumió la conducción de la Escuela la regente Stella Maris Fragalo, a cargo de la Rectoría hasta agosto de 1982. Luego es nombrada Rectora interina hasta mediados de 1983. Aún en épocas del Proceso de Reorganización Nacional se respetaron los criterios educacionales generales de la Escuela.

1980 es además el año de la primera mudanza de la Escuela. Se trasladó al centro de la ciudad, a una casona de calle Córdoba 1186 (casi esquina Mitre). Permanecerá allí hasta el año 2000. Si bien mejoraron las instalaciones en relación a los espacios grandes y apropiados para la especificidad teatral, como sala de espectáculos y el desarrollo de técnicas corporales, la adaptación no fue fácil. Sin embargo, se convierte en un ámbito de perseverante producción y creatividad con puestas de alumnos y profesores.

En 1981 se forma la Asociación de Amigos de la Escuela que asumirá las funciones de cooperadora escolar. Se nombra a María Clara D’Angelo, Secretaria de la Escuela, como organizadora de la entidad. Sus esfuerzos estuvieron bien dirigidos a la promoción de la Escuela, de sus actividades y habitantes, pero fracasó en su objetivo económico de auxiliar a un establecimiento carente de presupuesto. En 1986 hubo otro intento de formar una asociación cooperadora.

También en 1981 Guadalupe Tempestini se desvincula de la Escuela.

En 1981 y 1982 la Escuela organizó, a través del Departamento de Investigación, las Jornadas de Visitas a las Escuelas con obras de títeres breves. Entre 1982 y 1983 se forman dos nuevos elencos, los últimos hasta 2003. Comenzó a funcionar en julio de 1982 con la coordinación de M. Gaidos y alumnos de los tres años de la carrera. El elenco debutó en un acto conjunto con las escuelas de Danzas y de Música pero con poca participación extraescolar.

En esos primeros años 80 y como una prueba de su participación ciudadana, la Escuela es receptora de una gran cantidad de pedidos de obras de parte de otros establecimientos educativos y de varias instituciones. Los directivos deben excusarse en una pequeña estructura académica.

Para esa misma época, el Departamento de Investigación ha desplegado una larga lista de actividades. Bajo su auspicio se cuentan la compilación de trabajos de los dos años de dictado de los talleres para adolescentes. También la participación de la Escuela en la televisión y el cine. En TV se presentó en el Congreso “El niño y la televisión” realizado en la ciudad de Santa Fe con una obra sobre fauna, flora e historia de la provincia interpretada por un niño que viaja por el río Paraná en una canoa. En forma no oficial montaron el espectáculo Marcos Aostri, C. Castro, Noemí Escandell, Tempestini y Moreno.

En cine fue parte de un filme de 1980 de la Asociación de Educación Sexual de Rosario donde trabajaron Aostri, Castro, Escandell, Stella Maris Fragalo y Liliana Sozzi. No hay copias de este programa ni de otros grabados para televisión que nunca fueron al aire por desavenencias con el canal.

También alentó la producción de puestas como la ópera “El retablo de Maese Pedro” de Manuel de Falla, y la colección de romances españoles y la traducción de poesías sexuales escritas por frailes factibles de ser representados por títeres. Esos textos se presumen perdidos. Además se diseñaron afiches y folletos representativos de la Escuela.

El Departamento de Investigación se abocó además a la renovación del plan de estudios, su fundamentación y objetivos, al contacto con escuelas secundarias, al reglamento para el elenco estable y a la coordinación de cursos de escenografía y guiones. Fue provechoso su plan de abordaje telefónico de las direcciones de otras escuelas para promocionar los cursos para docentes. Se llegaron a contar 120 anotadas. También se implementaron planes de investigación histórica sobre títeres.

Quizás el número de alumnos inscriptos pueda ofrecer una mirada sobre la valoración social y las circunstancias que envuelven a la Escuela. Según el Archivo de Bedelía, la apertura en 1974 con 24 estudiantes se topó con la falta de inscriptos en 1975 y los 4 de 1976 en medio de la violencia política y el Golpe. 15, 11, 6 y 14 anotados entre 1977 y 1980 abrirá paso a una buena cosecha de 20 inscriptos en 1981. De todos modos, por la escasa cantidad de alumnos se implementó la llamada verticalización de las cátedras.

Puede inferirse que el cambio de barrio favoreció la relación de los estudiantes con la Escuela con 12, 15 y 24 (igual que en 1974) nuevos alumnos de 1982 a 1984.

La Primavera Democrática le devolvió vida a las Escuelas de Artes y ese puede ser un buen indicador del contexto sociocultural. El relevamiento de referencia indica que en 1985 hubo 10 inscriptos y 14 en 1986. Cabe mencionar que se advierte sobre el desgranamiento, pero no se registra.

Sí la cantidad de egresados. Cuatro de los 24 ingresados en 1974 son los primeros recibidos: Marcos Aostri, Beatriz Bordonaro, Stella Maris Fragalo y Sonia Lidia Talpalar. Y les seguirán, entre 1975 y 1983, 30 colegas titiriteros más.

Como contrapesos del interés social por la Escuela se destacan su ubicación geográfica, en un principio con alcance barrial, una desvinculación real con su contexto y la falta de trabajo al egresar.

Democracia y renovación

Con el regreso de la Democracia en octubre de 1983, la educación artística y la Escuela entran en un período de grandes transformaciones. En 1986, el gobierno radical nombra a su nuevo rector, el director teatral José “Pepe” Costa.

Desde 1986 la institución pasó a llamarse Escuela Nacional de Teatro y Títeres sumando, ese año a la carrera de Títeres, la de Actuación (en ese momento carrera de Actor Nacional). Al año siguiente, incorporó a su propuesta educativa las carreras de Director Teatral y Pedagogía Teatral o profesorado en teatro. La Escuela se “hace más grande” y concluye una etapa donde era “como una familia”.

Bibliografía

Anteproyecto (1974) Documentación Creación Escuela. Resolución Ministerial N° 2212/74. Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Rosario (originales mecanografiados con correcciones en lapicera y otros)

Barón, Adriana; Cúneo, Nora; y Lopérgolo, Ana M. (1986) Escuela Nacional de Títeres. Investigación sobre su historia. Historia del Teatro de Títeres. Profesorado Nacional de Teatro de Títeres.Dirección Nacional de Educación Artística. Escuela Nacional de Títeres. Rosario.

Campana, Jorge (1999) Crónica de la política cultural de los gobiernos santafesinos (1920-1999). Ediciones Culturales Santafesinas, Subsecretaría de Cultura, Gobierno de la Provincia de Santa Fe. Rosario, Ciudad Gótica Editorial.

Deymonnaz, Rita (2003) Instituto Superior de Teatro y Títeres de Rosario. Análisis institucional, Licenciatura en Psicología, Universidad Abierta Interamericana. Rosario.

Instituto Universitario Nacional del Arte (IUNA) (s/d) En Wikipedia. Disponible en https://es.wikipedia.org/

wiki/Instituto_Universitario_Nacional_del_Arte_(IUNA). Consultado en febrero de 2024.

Tempestini, Guadalupe y Cornejo, Francisco (editores, 1999) Alcides Moreno. Titiritero andante, ultramarino y prófugo (1939-1998). Unima Andalucía. Córdoba, Compañía Egabrense de Artes Gráficas.