La titiritera y pedagoga comparte sus crónicas sobre la construcción de un modo de ver/hacer en torno a las prácticas artísticas y pedagógicas de lenguajes objetuales
Un niño no encuentra la relación causal y desconcertado pregunta: ¿por qué las piedras no mueren como los insectos cuando se las pone en una caja?
Derrotero… Resonancias
El presente trabajo es un testimonio, de trayectos, huellas de modos de ver, ser y hacer. Una escritura más en el cuerpo sintiente del palimpsesto que implica el gesto de aprender; eso que se reescribe constantemente en el devenir de las prácticas. Un aporte a la construcción de conocimientos en un ámbito académico en el que propongo algunos recorridos como lentes para observar este complejo fenómeno de las prácticas artísticas y pedagógicas objetuales.
Nos vamos a situar en el espacio-tiempo de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario llamada en sus comienzos Escuela Nacional de Títeres, profesorado creado por el actor titiritero Alcides Moreno en 1974.
Hice mi primera formación entre 1983 y 1985. en lo que entonces era la Escuela Nacional de Títeres. La carrera tenía un cursado de tres años con varios espacios de producción específicos en las técnicas y una materia teórica que se llamaba Historia del Teatro de Títeres.
Entre el comienzo de la carrera y 1989 aproximadamente en que me fui de país, transitaron por la escuela maestros y grupos nacionales e internacionales con los que fui adquiriendo experiencias. El mundo y la cultura artística transitaban esos momentos en los pliegues entre lo moderno, posmoderno y lo que se da en llamar “contemporáneo”. Eran los ochenta y sus finales, la caída del Muro de Berlín y la primera de tantas caídas de nuestra reciente democracia.
En Rosario hacíamos teatro de títeres, en sus diversas poéticas y técnicas y para diferentes públicos. La escuela era un espacio abierto para la creación y los intercambios; hubo hasta dos elencos donde podíamos hacer nuestras primeras experiencias como artistas. Uno para público familiar dirigido por María Celia Fernández, y otro experimental para adultos dirigido por Sergio Francisi. Participé en este último en una producción que hablaba de las ausencias de la generación pasada en dictadura. Un trabajo que postulaba la relación entre actores, títeres y espacio escenográfico. Sin duda, haber sido parte de ese proyecto marcó mi mirada y contribuyó a construir el camino estético que transitaría.
Nuestro referente más cercano en la creación de nuevas miradas sobre estos lenguajes era el elenco estable de titiriteros del Teatro San Martín de Buenos Aires, dirigido por Ariel Bufano. Veíamos espectáculos, estéticas y poéticas que desmontaban nuestra mirada de todo lo conocido como la compañía de Philippe Genty. Los noventa abrieron los umbrales del mundo tecnológico y globalizado; otras miradas sesgan el paisaje teatral nacional, y como centro de esas construcciones el grupo Periférico de objetos, integrado por Ana Alvarado, Daniel Veronese y Emilio García Whebi irrumpe con sus prácticas que pueden considerarse una vanguardia en el contexto nacional.
En el vocabulario de los artistas titiriteros de la ciudad, el término objetos, o la categoría teatro de objetos se instala mucho tiempo después, así como en las prácticas artísticas.
Viví toda la década del noventa en Santiago de Chile, por lo que no presencié los espectáculos que hizo el Periférico de objetos en Rosario, ni los intercambios que se produjeron en la escuela con los seminarios que impartía Daniel Veronese.
En Chile me vinculé con la danza moderna y contemporánea en un espacio de formación emblemático, el Centro de danza Espiral, dirigido en ese entonces por los reconocidos maestros Joan Turner y Patricio Bunster. Mi interés en los desplazamientos poéticos estaba en esos mundos del movimiento entre cuerpos y objetos. Desde que comencé a trabajar profesionalmente en 1986 vinieron las formaciones y prácticas específicas en varios países, en innumerables seminarios y talleres con artistas de la danza y artes del movimiento, performance, dirección teatral, dramaturgia, plástica y escenografía. Los cursados de otras carreras como la Licenciatura en Bellas Artes, el Postítulo en Artes Escénicas, Maestría en Estudios Culturales, hasta el actual cursado en el Doctorado en Arte y Cultura Visual en la UNR. En esos cruces todas mis creaciones y reflexiones se fueron “contaminando” en las aguas de un campo expandido, generando un modo de transitar la experiencia vital y artística que me gusta llamar encuerpamientos entre materialidades.
Me ha interesado siempre el campo teórico, poder dar respuestas a lo que hago, lo que veo, lo que se construye en cada tiempo y contexto. El punto de inflexión en este derrotero de entramar teoría, práctica artística y pedagógica fue asistir al seminario La ciencia y los títeres, realizado por el investigador y dramaturgo polaco Henryk Jurkowski en noviembre del año 2000 en la ciudad de Santa Fe, organizado por el titiritero e investigador santafesino Oscar Caamaño.
Comencé a trabajar en la escuela en el año 2000, primero en un seminario anual que se llamaba Cuerpos y objetos en el espacio, luego reemplazando a docentes en diferentes cátedras. Así fui transitando por distintos espacios y diseños curriculares. Me encontraba en un espacio-tiempo completamente diferente al que había transitado como estudiante.
La carrera fue sufriendo modificaciones, bajo la Ley Federal en los noventa, pasa a ser provincial y en sucesivos tránsitos fue perdiendo espacios de formación específica, hasta casi desaparecer en 2007 por falta de matrícula. Por algunos años se sostuvo a través de talleres hasta que en 2010 se propuso realizar un nuevo plan de estudios por medio del cual se vinculaban los profesorados de teatro y de títeres en trayectos comunes en primer y segundo años. Esa propuesta visionaria de formación que originalmente estuvo destinada al campo del teatro de títeres, fue perdiendo territorio, espacios curriculares, cargas horarias, es decir, identidad. Desde mi vivencia en ese hábitat puedo duelar esa pérdida mirando su derrotero nombrándola como La Escuela Madre, una raíz que fue mutando su especie y creciendo en diferentes direcciones que fueron trazando otros agentes haciendo los destinos de la escuela. Un ejemplo de estos devenires, es la creación del espacio Teatro de objetos en las tecnicaturas de actuación y dirección en diseños curriculares que ya tienen por lo menos veinte años.
Aun con sus mutaciones y recortes la raíz fundante se mantiene viva, siendo la escuela en general la única oferta académica en la ciudad que tiene estos espacios de formación específica y el Profesorado de títeres, que este año celebra los cincuenta años de su fundación sigue siendo la única carrera en Latinoamérica que otorga título docente en estas áreas.
Pensando en los nuevos tiempos que se abrían para la carrera de títeres, que comenzaba un nuevo formato compartiendo años en común con el profesorado de teatro; en 2010 colaboré en el nuevo plan de estudios diseñando los dos trayectos que incluyen el mundo de títeres y objetos Introducción a los lenguajes del teatro de animación para primer año y Estéticas del teatro de títeres y objetospara segundo; con la convicción de que esos contenidos serían de gran aporte y apertura a problemáticas que hacen a la formación profesional de profesores de artes escénicas en general. Y para cuarto año del profesorado de títeres, propuse el taller de Teatro de objetos, como un espacio de pensamiento y producción de lenguajes contemporáneos.
De ese modo desde 2011 se cursa con ese plan curricular que aborda estos dos espacios para lenguajes objetales en ambos profesorados; luego la carrera de títeres tiene sus espacios específicos, teatro de guantes, sombras, manipulación directa e indirecta y el espacio de objetos. A su vez el mismo plan se trabaja en los profesorados de teatro creados en la última década en otras ciudades de la provincia, Venado Tuerto, Santa Fe y Reconquista; lo que es un logro muy importante, ya que como fue expresado anteriormente, la especificidad de la Escuela Madre sigue extendiendo sus raíces expandiéndose y construyendo nuevos territorios.
Actualmente estoy a cargo de los talleres de teatro de objetos en las tecnicaturas y en los profesorados de las cátedras antes nombradas, además de los talleres de manipulación directa e indirecta en la carrera de títeres; lo que quiere decir que me vinculo con todos los estudiantes que ingresan a las cuatro carreras y en cuyos inicios escuchan hablar y transitan por todo lo que se sintetiza en este trabajo. Un nuevo tiempo de resonancias, trazos que se recogerán y generarán otras formas de hacer, otras prácticas.
Los actores de esta trama formamos parte de un largo linaje transgeneracional gestado en el suelo y sueño de la educación pública; nacido en una democracia que se fracturaba, sobreviviente de la dictadura, y habitante de los diferentes tiempos de una nueva democracia que tratamos de comprender con sus cambios de sentidos, de direcciones y acciones. Mis piedras en la construcción de estos caminos están hechas de varias arcillas y rodadas, son porosas y permeables a las aguas de los devenires, de las memorias. No mueren cuando se las encierra en una caja, respiran imperceptibles, se perforan en estado de latencia. Miro a través de sus agujeros tratando de ver el aura con el que su fundador y primeros constructores edificaron sus saberes en base a sus convicciones en aquel contexto. Miro los tiempos vacíos como hilos suspendidos que esperaban la argamasa; como una catedral que generación tras generación se levanta con nuevos materiales y estilos, pero que sigue siendo el sueño anónimo de una comunidad, un acto de fe. Miro preguntándome por los sentidos que fueron teniendo las cosas en cada tiempo de la carrera de títeres, también en resonancia con otros espacios de formación en la Argentina que han sufrido derroteros similares. Miro lo que me fue dado con un gran tesoro. Miro desde una perspectiva que busca poner en valor un legado, mientras tiro del hilo que desteje para comprender cómo me construyeron esos gestos, y cuáles son mis ofrendas en el espacio-tiempo que me toca transitar.
ACERCA DEL GESTO DE….
Mirar, observar, detectar, seleccionar, resignificar, resemantizar
Por razones de tiempo y espacio en este trabajo sólo me interesa poner el foco en esa trama matéricaen la que se constituyen los vínculos entre cuerpos y cosas, los gestos a partir de los que accedemos a esos mundos sutiles. Dejando abierto a nuevos trabajos el desarrollo sobre las artes escénicas objetales, devenir histórico, cruces, artistas, contextos, creación de poéticas y estéticas. Citaré sólo algunas referencias puntuales para apoyar el contenido de este escrito.
A partir de esa formación con Henryk Jurkowski se abrieron para mí otras perspectivas en torno a la pregunta por lo animado-inanimado. Este investigador propone observar las funciones culturales del títere, -funciones mágico-rituales, funciones teatrales, pedagógicas, terapéuticas, lo que me ha llevado a comprender que esto es en realidad una pregunta por la cultura. Un autor que me ayudó a pensar estos ejes es Walter Benjamin, quien desarrolla conceptos en torno a la historia y la cultura, como el fragmento, eldesecho, el documento, enfocando al historiador o al sujeto productor de cultura como trapero, flâneur, coleccionista, bricoleur, y el gesto de mirar la historia a contrapelo, como una guía para ejercitar el acto de deconstruir.
Esto que llamo en mi metodología de trabajo, la Mirada de Medusa, siguiendo a Benjamin, es una apertura de conciencia que me dio fundamentalmente el ejercicio de la pedagogía. El ¿cómo del cómo? ¿Cómo invitar, convocar a entrar a este laberinto?, qué construcciones teóricas cimientan esta práctica? ¿Cómo y desde donde hablar de objetos? ¿qué estrategias de persuasión? ¿Cómo se cuerpea año tras año en el mundo contemporáneo en el campo de la educación artística, ese terreno con cada nueva generación de estudiantes?
Las inquietudes que organizan este material son interrogantes que me atraviesan permanentemente a la hora de generar mis producciones, por lo que las traslado a la construcción de un dispositivo pedagógico, como un gesto iniciático.
¿Qué es un títere?, ¿qué es un objeto? ¿qué tipo de objeto es un títere? ¿Qué traslaciones hay entre lo animado-inanimado? ¿qué es movimiento entre cuerpos y cosas? ¿qué actos poéticos despliegan? ¿quién mueve, qué lo mueve? ¿la materia se anima, qué materia? ¿Entre el moviente y lo movido, anida lo sintiente?
¿Cuál es el gesto, ir hacia las cosas, abrir estados perceptivos para que las cosas vengan hacia… devenir cosa, entre las cosas?, ¿construir cosas, resignificar o resemantizar cosas?
¿Cómo somos, y/o actuamos ante las cosas?, somos afectivos, afectados, aprehensivos, despojados, indiferentes? ¿qué nos convoca a la creación de universos estéticos objetales?
Algunas definiciones de diccionario para ayudar en el recorrido:
Una marionetao un títere es una figurilla o muñecode trapo, madera o cualquier otro material, usado para representaciones teatrales.
Un objeto es cualquier cosa que se percibe por los sentidos. Lo que sirve de materia al ejercicio del entendimiento. Lo que es pensado. Término o fin de los actos humanos. Materia y sujeto de una ciencia. Cosa. Lo contrapuesto, lo opuesto al sujeto. Todo aquello que posee carácter material e inanimado.
Una cosa estodo lo que tiene entidad ya sea corporal o espiritual, real o abstracta.
Si tomamos al títere como un objeto, dice Jurkowski, reconocemos en él una programación teatral, y anterior a ella en los albores de la humanidad y aún en sociedades que conservan una cosmogonía premoderna; funciones mágico- rituales. Para nuestra cultura entonces, esta figurilla, títere, puppet, marionnette, sería un objeto construido especialmente para la función teatral, para encarnar un personaje determinado; asociado a materiales y técnicas artesanales de construcción: títeres de guante, marionetas, varillas, puppis, etc, creados en maderas, pieles de animales, materiales sintéticos, papeles, etc.
Por otro lado encontramos el universo de los objetos cotidianos, cuya función cultural es variada, realizados para diferentes usos, pueden ser resignificados y resemantizados a través de alguna alteración o perturbación, para entrar a las funciones teatrales evocando personajes o bien potenciando su estatuto de imagen provocadora de metáforas.
Estos modos de empleo de un material en la esfera del arte teatral marcan una delimitación y diferenciación en sus categorías. Lo que llamamos un sistema del teatro de títeres, implica el vínculo entre un actor/actriz que responde a través de su entrenamiento al acto de animar, a través de técnicas de disociación en las que expande su corporalidad hacia la materialidad del objeto títere. Así su voz y sus movimientos serán un conjunto de códigos donde prima la síntesis de gestos y movimientos y en donde por lo general el cuerpo vivo está al servicio del cuerpo objeto que sería la entidad pregnante. Ya en las estéticas contemporáneas ambas partes se interrogan creando así un trazo hacia este otro sistema que llamamos el sistema del teatro de objetos.
A comienzos de los años ochenta en Francia se determina ya una fecha de nacimiento de lo que hoy conocemos como categoría Teatro de Objetos. Un arte que desafía ese nuevo “entramado expresivo” del que habla Benjamin refiriéndose al “carácter expresivo” de los productos de las sociedades industriales como modeladores de las nuevas subjetividades.
En este sistema del teatro de objetos, la materialidad no se anima podríamos decir a partir del gesto de mover/animar una figura realizada para esa función, sino a través de lo que llamamos los gestos de mirar, observar, detectar, seleccionar, resignificar, resemantizar. Todo cuanto haya en el mundo material que seamos capaces deextraer de su planoriginal para exponerlo a nuevo régimen escópico, para generar otros órdenes. Hemos heredado esos gestos de las experimentaciones de las vanguardias artísticas, una suerte de caja de herramientas de la que disponemos para utilizar en diferentes contextos y entramados culturales. En este sistema el objeto es un partenaire del actor, un detonador de la imaginación, un vector de memoria donde se mezclan el viaje y la etnografía imaginaria.
Continuará…
* Las fotografías son de Gustavo Basualdo.
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