La llegada de la Primavera Democrática desde 1982 moldeó una Escuela que sumó las carreras de Actor, Director y Pedagogo, se hizo más grande y resistió el discurso neoliberal de los años 90 con teatro y extensión
La “Escuela Nacional Superior de Maestros Titiriteros y Centro Experimental de Arte y Psicopedagogía Joaquín Oláez y Gacitúa” de Rosario nació un 1° de abril de 1974 en el ámbito de la Dirección Nacional de Enseñanza Artística (Dinadea) del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. La Resolución Ministerial N° 2212/74 fue fogoneada por el maestro titiritero Alcides Moreno y un grupo de pedagogos y artistas locales y cambió para siempre la relación que la ciudad tendría con las artes escénicas.
La Escuela se consolidó en el campo educativo como una novedad y una oferta impensada para Rosario, el impulso de prácticas pedagógicas ligadas al arte, una fuerte inserción en escuelas e instituciones y claro, la abnegación de sus fundadores.
El violento contexto de los años 70 durante los gobiernos peronistas y militares, la persecución ideológica, las amenazas, secuestros y muertes, van dejando a la Escuela aislada. El propio rector de la Escuela, Alcides Moreno, es cesanteado y obligado en 1980 a exiliarse en España.
En 1981, una reforma de la currícula es el salvavidas para mantener viva la institución pese a su flaca matrícula y al desgranamiento.
Tras la Guerra de Malvinas y el inicio de la Primavera democrática, las escuelas artísticas vuelven a florecer y seguirán un camino de transformación, como todas las instituciones del Estado, en general, y de la educación, en particular. El regreso a la Democracia en octubre de 1983 abre un nuevo capítulo en la historia argentina.
Como parte integrante del Instituto Provincial de Arte de Santa Fe, se crea en 1983 el Instituto Provincial de Arte, donde anidará la Escuela de Teatro, más tarde denominada Ambrosio Morante. Comenzó sus actividades en 1984 con la dirección del teatrista Norberto Campos en el edificio de Alem y Gaboto.
Democracia y renovación
La cesantía de Moreno en 1980 dejará la conducción de la Escuela Nacional de Títeres en manos de la profesora Stella Fragalo, como rectora interina, y Lelia Area, quien provenía del campo de las Letras, como regente.
En 1986, el gobierno radical nombra para la Escuela de Títeres a un interventor normalizador y le encarga la renovación de su oferta educativa. Asumirá con ese compromiso su nuevo rector, el director teatral y médico José “Pepe” Costa.
No fue una decisión apresurada. Costa tenía, además de un extenso y rico curriculum, visibilidad en Buenos Aires, lugar, finalmente, desde donde provino la oferta.
El trabajo de Costa como director desde 1972 de Teatrika y desde 1978 del Centro Rosarino de Investigación Teatral (CRIT) lo avalaban, pero aún más, su relación con la Metrópoli. Costa participó durante muchos años de jornadas, convenciones y congresos sobre teatro en Buenos Aires, tejiendo una importante trama de relaciones con directores, autores, productores, artistas, y su puesta de “Babilonia” de Armando Discépolo, presentada por Teatrika en el Teatro Nacional Cervantes en febrero de 1972, había puesto su mejor trabajo a la vista de sus pares porteños. Además, fue invitado por el Teatro Municipal General San Martín en 1979 para dirigir a Elena Tasisto, el rosarino Miguel Ligero, Alicia Berdaxagar y elenco en “El diablo en la cortada”, en versión de Patricio Esteve.
Así, Costa se convirtió en un referente ineludible del teatro rosarino para las autoridades nacionales recientemente asumidas. Para 1986, el ministro de Educación era Julio Rajneri y el director de la Dinadea, Patricio Esteve. De todos modos, el ofrecimiento tomó por sorpresa a su adjudicatario en una calurosa tarde de verano de 1984 y hasta pareció una broma telefónica.
Se le reconoce a Costa, la integración de un Consejo Asesor formado por los vicerrectores psicóloga Lucía Bertolano y el profesor Aldo Pricco, y representantes docentes y estudiantiles, elegidos por cada claustro. A Costa lo distinguió el respeto de sus pares, su capacidad de liderazgo y delegación, y su convicción democrática.
Desde 1986 la institución pasó a llamarse Escuela Nacional de Teatro y Títeres sumando, ese año a la carrera de Títeres, la de Actuación (en ese momento carrera de Actor Nacional). Al año siguiente, incorporó a su propuesta educativa las carreras de Director Teatral y Pedagogía Teatral o profesorado en teatro.
El cambio en su denominación y en su estructura pedagógica no pasó desapercibida para los hacedores del teatro local que reclamaban una apertura mayor de la oferta por parte de las autoridades educativas, ni para los propios miembros de la Escuela, quienes vieron cómo se agrandaba y fortalecía. .
Tras varios viajes y reuniones, las primeras estructuras curriculares estuvieron inspiradas en la Escuela Nacional de Arte Dramático de Buenos Aires, y las nuevas carreras se presentaron a imagen y semejanza de aquellas.
El desafío de la Escuela para esos años fue conformar un plantel docente que garantizara la excelencia académica. Cabe mencionar que en esa época no había titulaciones oficiales en teatro o en enseñanza teatral. Así, se recurrió a experimentados teatristas para las diferentes asignaturas sin distinción de banderías políticas ni ideológicas.
En 1987, el nuevo director de la Dinadea, el rosarino Iván René Cosentino, reafirmó la designación de Costa y se fijó un documento de Jerarquización Institucional, la Actuación nº 1763/87, que reglamentaba la normalización total de los cargos docentes por concursos públicos de oposición y antecedentes. El cambio de gobierno impidió la sustanciación de los concursos.
El gobierno de Alfonsín fue acorralado por el sistema financiero, la Confederación General del Trabajo y la oposición, que organizó manifestaciones y saqueos en contra del gobierno constitucional. En julio de 1989 el presidente de la Nación renunció y asumirá anticipadamente el peronista liberal Carlos Menem. La resolución 130 de la Secretaría de Educación de la Nación con fecha 10 de noviembre de 1989 permite el libre accionar de los organismos y propicia la renovación de las autoridades.
El rector normalizador José Costa renuncia y sus colaboradores son cesanteados. El 23 de marzo de 1990 se designa a Carlos Schwaderer como nuevo rector. Infelizmente, la Escuela nunca se normalizó, ya que, por diferentes motivos, ni aquellas ni las nuevas autoridades llamaron a concursos para cubrir los cargos.
Neoliberalismo y transferencia
Apenas en funciones y en las antípodas de Costa, el nuevo rector Schwaderer disolvió el Consejo Asesor. Se mencionan razones organizativas y de selección de personal, y también políticas, para dar cuenta de cierto malestar en el cotidiano de la Escuela durante las primeras administraciones peronistas. El propio rector Schwaderer pide una serie de licencias en 1991 y finalmente renuncia. En 1992 asume como rector Carlos Giménez.
La Escuela alentó, tras el nuevo triunfo de Menem en 1995, la posibilidad de formar parte del Instituto Universitario Nacional de Arte, conocido con la sigla IUNA, creado en 1996 por decreto del Poder Ejecutivo para contener a las escuelas de artes nacionales, dependientes de la otrora Dinadea, de esa ciudad. La Escuela de Teatro y Títeres de Rosario iba a ser la única sede de esa institución fuera de su jurisdicción. Pero no integró el dictamen final. En 2014, ese instituto fue transformado en la Universidad Nacional de las Artes.
Las políticas neoliberales impuestas por los gobiernos menemistas (1989-1999) de ajuste de la economía y Estado mínimo son acompañadas en 1993 con la aprobación de la Ley Nacional Nº 24.195, conocida como Ley Federal de Educación, y en 1997 con el traspaso de los servicios educativos y de sanidad a las provincias, sin los aportes presupuestarios necesarios.
De este modo y en el marco de la compulsiva transferencia de establecimientos educativos, la Escuela pasa del ámbito de la Nación al del Gobierno de la provincia de Santa Fe.
Aunque será recién en mayo de 1998 que el Gobierno santafesino decreta la incorporación de la Escuela “al listado de establecimientos de educación artística dependiente funcionalmente de la Subsecretaría de Cultura del Ministerio de Educación”. Es allí que, según el Decreto N° 1152/98, se le asigna la denominación de “Escuela Provincial de Teatro y Títeres N° 5029”.
Producto de la implementación de la Educación Polimodal en los establecimientos de Educación Artística, propuesta en la Ley Federal de Educación de 1996 de aplicación en Santa Fe por los decretos Nº 0254/96 y Nº 2137/97, la Escuela debe desde 2001 adaptarse a sus objetivos y replanteos, que incluyen los Trayectos Artísticos Profesionales y los Itinerarios Formativos.
Casa nueva en un frigorífico
El paso del siglo encontró a la Escuela en otra mudanza, de domicilio, la segunda. Un predio de pasaje Araya 950, San Luis al 1200, fue su próxima dirección. Se trata de un edificio “muy fragmentado y disperso” que no favorece la relación entre los integrantes de la comunidad educativa.
Los estragos en la cultura y en la educación del período neoliberal de los años 90 son evidentes durante las gobernaciones de Carlos Reutemann y Jorge Obeid (1991-2007) en Santa Fe y un emergente de la crisis de 2001. Es palpable la decepción por una Escuela escondida un ex frigorífico (y luego un garage gigante), sin difusión oficial, con empleados ausentes y cursados irregulares. Sobrevuela el fantasma de su cierre.
Pese al contexto, siguen las producciones de estudiantes y docentes más comprometidos que además hacen un silencioso trabajo de extensión de sus actividades alentadas por Costa. Así, la Escuela firma convenios para colaborar con el Plan Cultural Educativo para las cárceles de la provincia de Santa Fe y de talleres de teatro en las Unidades Penitenciarias III y V, así como otros en el Instituto de Recuperación de Mujeres U5 Grupo Renacer de teatro, el Hogar de Menores Varones de Granadero Baigorria, en la Escuela N° 825 Leopoldo Herrera y en la Escuela N° 1210 Luis Rullán en el norte de la ciudad. Se crea un espacio de juego en el Hospital Provincial de Rosario y se desarrollan otros proyectos con la Casa Joven, la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Nacional de Rosario y el Centro Cultural Rojas de Buenos Aires.
La Escuela volverá a trasladarse ese mismo año, 2003, al edificio que hoy la contiene en el contorno del parque Independencia. Un ex convento de monjas ubicado en Viamonte 1993, esquina Moreno.
La llegada a la Presidencia de la Nación de Néstor Kirchner en 2003 cambiará la hegemonía del discurso neoliberal hasta 2015, mientras la Escuela de Teatro y Títeres transita con otros impulsos el Siglo XXI.
Foto de portada: Primera promoción de Directores de la Escuela Nacional de Teatro y Títeres. Sala Mateo Booz, 1989. Desde la izq.: ?, David Edery, Oscar Fabregat, Naum Krass, Rita Deymonaz, ?, Nora Llados y ?. Agachados: Los profesores y vices Aldo Pricco y Lucía Bertolano (Archivo personal Aldo Pricco).
TyT agradece la colaboración de la profesora Clide Tello y del profesor Aldo Pricco por su interés en proveer datos, documentos y materiales para este trabajo.