Revista de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario Nº 5029 / ISSN 3072-8975

Georgi, soltá la teta

Personajes:

Borges

Bioy Casares

Silvina Ocampo

(Dividir por días)

 

ESCENA 1: Baño de la casa de los Bioy en Mar del Plata.

(Borges y Bioy Casares de espaldas, frente al inodoro).

Borges: (Frente al inodoro). Siempre he disfrutado el ruido de las olas chocando en el mar y el olor a sal que desprende.

Bioy: (Le desabrocha el cinto y le baja el cierre del pantalón). Sí, es agradable… A comparación del de Buenos Aires.

Borges: ¿Cuándo habrá empezado la costumbre y el placer de bañarse en el mar? De estar en la playa. ¿Será francesa la invención?

Bioy: (Respira hondo y le sostiene el pene) ¿Qué tal ha sido el viaje?

Borges: (Mea) Más llevadero de lo habitual, viajamos en segunda clase muy cómodos los dos. Ya no había pasajes para viajar en primera, así que reservamos un camarote donde nos iluminaba la luz de luna llena.

Bioy: ¿Y cómo va todo con María Esther?

Borges: Me parece que las cosas van muy bien. Si todo sigue así, nos casamos este año.

(Bioy arruga los ojos, se sorprende. Su gesto es obvio, pero Borges no lo ve porque está ciego).

Borges: Vos sabés que yo tenía muchos problemas. Bueno, cosas que existían porque las imaginaba, no porque las viera. Todo eso desapareció. Podría vivir normalmente. Nos mudaremos a la Biblioteca. Es claro que aquí estamos como amigos. Norah ofreció una novena, para que nos casemos… Madre es muy dominante… está segura de que voy a casarme con María Esther. Bueno, a Madre sólo le gustan las mujeres que sabe que a mí no me gustan. Ahora le gusta Alicia Jurado. Pero, cuando había algo parecido a un flirt entre Alicia y yo, me hablaba mal de ella.

Bioy: (Sacude el pene de Borges) ¿A qué te referís?

Borges: Aquella vez que enfermé de bronquitis, estaba iniciando mi coqueteo con Alicia. Pero Madre me repitió varias veces que una mujer tan inoperante como Alicia Jurado no podría cuidarme tal cual lo hacía ella. Comparaba su silueta con la de su criada, alegando la planitud de su pecho. Ahora, con María Esther su edad, su juventud. A Madre no se le escapa un pelo.

Bioy: (Tira la cadena) Ahh ¿Ya le dijiste que pensás mudarte?

Borges: Por supuesto que no, la mataría, sería una puñalada en el corazón.

Bioy: (Suspira) ¿Y qué vas a hacer?

Borges: Esperar…

 

ESCENA 2: Living de la casa de los Bioy en Mar del Plata.

Silvina: Llegó hace 8  horas, paseó tres veces, se ensució con arena y aún no se bañò. Herminia le preparó el baño y su contestación fue: “Ahora no. Más tarde”.

Bioy: Después hablaré con él… Hay algo que me hace un poco de ruido sobre la madre.

Silvina: ¿A qué te referís?

Bioy: No sé, no quiero decir cosas que no son pero…

Silvina: Le gusta la vieja… Tìpico. A vos también te costó despegarte de la teta de tu mamá.

Bioy: Sí, pero nunca me metió ideas de que no me case con vos.

Silvina: Mejor me callo.

Bioy: Él está enamorado, lo veo… Pero dudo que se concrete esa unión.

Silvina: Adolfo, el casamiento lo tenemos seguro. Tenemos casamiento pronto. Tenemos casamiento en mayo. Nada de lo que diga la madre lo va a hacer cambiar de opinión. Incluso, si se atrinchera en la Biblioteca y empezara a gritar como Eva Perón.

Bioy: ¿Cómo estás tan segura de eso?

Silvina: Él está demasiado enamorado, demasiado pendiente. No se baña…

Bioy: ¡Ay! ¿Pero eso qué tiene que ver?

Silvina: ¡Que antes tenía alguna coquetería! Ahora está tan seguro de la gloria que sale con el pantalón de baño abierto y todo afuera!

Bioy: (Tieso) ¿Qué?

Silvina: Antes de que se dirigieran a la playa, fue al baño solo y salió con el cierre bajo. Le dije que tenía todo abierto y su respuesta fue: “¡Ah, caramba!”. Y sin mosquearse, se fue. Justo vino María Esther y juntas solucionamos el problema. A él no le importaba nada.

Bioy: Está un poco vanidoso… Un poco soberbio. Que se crea el ganador de la vida es convincente y halagador para ella.

Silvina: Aunque les dure 15 días el casamiento les conviene: les traerá publicidad. Una mujer de 30 años más joven y que puede pasar por linda. (Bioy hace una mueca). Hablaran todos los diarios. Ella hace planes como vivir en la Biblioteca, viajar a Perú o incluso ir a España con nosotros. Ella tiene ilusión, le dije que le ayudara a hacer “la gran obra” y que tendría una vida maravillosa… Aunque me da lástima, pobre mujer. Parece una dama de compañía.

Bioy: ¿Aún crees que habrá matrimonio?

Silvina: Por supuesto, entre la ilusión y su admiración por “Georgie” de María Esther, sumado al egocentrismo varonil de él y por cómo la tiene de lacayo, es inevitable que suceda.

Bioy: ¿Y la madre?

Silvina: Ay Adolfo !! Ella sabe que Leonor no la quiere. Lo va a saber llevar…

 

ESCENA 3: Carpa en la playa.

(Al otro día, Borges con una toalla que le cubre el cuerpo. Bioy viste una camisa verde junto a unas bermudas azules y Silvina una maya enteriza color celeste, acostada tomando sol con sus lentes).

Silvina: (Sarcástica) Fijate de ponerte las alpargatas.

(Silvina sonriente. Borges no la ve).

Silvina: Tenés que aprender a usar alpargatas.

Borges: Las alpargatas no son ni buenas ni malas. Me parecen incómodas, aunque ahora que las nombrás siento una molestia en mis pies.

Bioy: Los tendrás muy sensibles.

Silvina: Tenés los pies empapados y con arena…

Borges: No seré sabio, pero sí soy distraido. Según Macedonio, con la suela el hombre volvía a su pie antiguo, al callo único. Qué grosería la del callo único. Macedonio se complacía en estas fealdades…

Silvina: (Silvina lo mira fijo y suspira) ¿Y hablaste con tu madre?

Borges: No, aún no. Debo comunicarle la noticia antes de que termine el verano. Se le va a romper el corazón.

Silvina: Me parece que estás exagerando un poco… Tenés 64 años, es tiempo de dejar el nido y volar. María Esther es una muy buena opción en este momento.

Borges: Pero ¿Qué será de ella? ¿Quién la cuidara? Mi mami, mi madre, mi querida e indefensa madre.

Silvina: (Suspira) Ya me dio frío. (Se va detrás de la lona a cambiarse). Jorge, vos muy internamente sabés lo que tenés que hacer. No te voy a negar que no te duela, es un duelo más, pero es inevitable, es algo que tenía que pasar. Miralo a Adolfo, partió joven de su hogar, se casó, se independizó y es un ser humano hecho y derecho. Seguía apropiado al seno materno, y lo estuvo por un tiempo. Pero es cuestión de tiempo.

(Borges está en el centro de la carpa, se levanta y deja caer la toalla que lo cubre, queda a la vista de toda la playa y sin pantalones, ni calzoncillos, todo al aire. Aparece Bioy con un libro en la mano y una docena de churros en una bolsa de plástico). 

Bioy: Estás en bolas.

Borges: Ah, caramba.

Silvina: (vuelve a la carpa) Como no ve, está como con una careta.

Bioy: (Agarra a Borges y le sube la toalla antes de que otro lo pudiese ver) ¿Que haces?

Borges: ¿Qué hago?

Bioy: ¿Cómo que hago?

Borges: Aquí estamos entre escritores, las cosas pueden hacerse sin vanidad.

Silvina: Un dia de paz te pido. (Se levanta y se acerca a Bioy) Hacé algo. (Se va).

Bioy: Pero…

Borges se sienta en una reposera. 

Borges: ¿Y qué se le puede hacer?

 

ESCENA 4: Baño de la casa de los Bioy en Mar del Plata.  

(Los dos de espaldas. Orinan. Bioy lo guía. Luego se lavan las manos mientras van conversando).

Bioy: ¿Por qué andas en pelotas?

Borges: Tengo fantasías perversas… Debo ser anormal.

Bioy: Porque sos normal, tenés fantasías perversas. Si fueses anormal tu conducta sería perversa y tus fantasías paradisíacas.

Borges: Tengo un problema absurdo.

Bioy: Te escucho.

Borges: No quiero decir una palabra contra Madre pero… Hay que decirle a Madre que voy a casarme con María Esther. Y Madre se ha puesto en contra de esta chica… Y yo estoy enamorado… Cuando la vi en estas tareas caseras casi lloré. Más que los diálogos de amor, que al fin y al cabo son casi iguales con cualquier mujer, me conmueve lo doméstico, lo que no sirve para la poesía. ¿Comprendés?

Bioy: (Asiente) Sí.

Borges: Me sentía al borde de una larga costumbre, de un largo tedio. ¿Por qué no? ¿Cuál es la verdadera felicidad?

Bioy: Y, yo aún me lo pregunto.

Borges: : Últimamente noto que estoy más contento.

Bioy: Se te ve más despreocupado, tal vez estás más contento porque no la ves.

Borges: No podría admitir que estuviera contento si la veía.

Bioy: Tenés que armarte de paciencia contra las salidas de tu madre, quítale importancia al casamiento al fin y al cabo sos un hombre hecho y derecho. Y si todo fuera un error, ¿qué importa? Ya se arreglará todo. Tenés que mostrarte animoso y de buen humor, como quien disipa truculencias imaginarias.

Borges: Debo admitir que tenés razón, Adolfito. Creo que nos casaremos en mayo.

Bioy: ¿Invitas a tu madre?

Borges: Por supuesto..

FIN