Revista de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario Nº 5029 / ISSN 3072-8975

Versión oficial

Escena 1: Central Eléctrica del Litoral

Sala de consolas viejas, con un panel gigante en una pared del costado, luces intermitentes en rojo y amarillo, palancas oxidadas. Se oye un leve zumbido eléctrico, casi imperceptible. En el medio, un banquito y un teléfono fijo a un costado. El Operario, algo sucio, con casco y cara de no haber dormido más de dos horas, toca botones con seguridad. Suspiro. El Operario tiene un auricular y mic vincha y desde ahi habla con su compañero Marcos que nunca aparece. El Operario camina de un lado a otro, toca botones, se sienta, se para y camina.

Operario:

Marquito´… Vo´ decime, ¿Cómo mierda puede ser que empalmen Campana con Paraná sin revisar el nodo 43? … ¿Eh? ¿Cómo no revisan el nodo 43, la con…? … ¡Eso está en el protocolo! ¡En el manual, Marcos! Pero claro… vo´ so´ nuevo. Apena´ llegá´, te tiran el casco, te dicen “Andá pa’l tablero” y listo. Como si esto fuera armar un velador en la primaria.  Mirá… esto está latiendo raro, ¿lo sentís? (Parpadea la luz)

Cuchame una cosa, Marquito´. Acá cuando baja el consumo, no podés seguir generando como si nada. ¡Se cae todo! ¿Y si suena el teléfono y el jefe dice “¡Subí un poco, que en Nogoyá no hay luz?” ¿Subís?… ¿Qué querés que suba? ¿La tensión o llamo a San Pedro para que nos guarde un espacio?

(Recibe otro llamado)

¿Central 3?¿Hola?…¿Hola? (corta) ¡Nada! ¡Nada, Marcos! Están todos colgados… del poste,

(Se le apaga una luz de golpe y se prende una roja y tenue.)

Ahí fue… ahí se fue… Santa Elena se apagó, capaz Gualeguay y San Nicolás también, porque ese nodo estaba raro hace rato. Te dije a vos, ¿no? Ayer fué: “Si no lo empalmás bien, después salta todo por el aire.” Pero no… se apuran todos y nadie “moderniza la red”.

O usan cinta aisladora y fe, claro.

(Hace otra llamada).

Sí… sí, habla Rodriguez, de la central… si, esa…Hubo un cortocircuito, sí. ¿Dónde? ¿Qué quién lo hizo? No sé… Mirá, yo solo toco botones y palancas y muevo un poco de energía. Y ahora no puedo ni mirar el tablero porque si levanto una palanca, se jode el transformador. ¿Entendés? No, aún no saca chispas… ¡como va a sacar chispas! ¿Hola?¿Sigue ahí?

(Cuelga con bronca. cambia de llamada).

Es así, Marquio´, somos el último eslabón de la cadena alimenticia, a los que siempre culpan cuando salta algo. Estos revientan un país y nosotros somos despedidos.

Y ahora me llaman… Que por qué se cortó la luz en todos lados. Y qué querés que sepa yo. “¿Cómo, elecciones en Santa Fe? ¿Y que se vota?  Y no sé,  prenden velitas… Total, hace año´ que votan a ciegas.

Che… ¿donde me dejaste el mate? Porque si vamos a ver cómo se apaga el país, que sea con algo bien, no me le echés cedrón, miel, esas boludeces.

(Se apagan todas las luces. Silencio. Luego, una última línea, en la oscuridad)

Marcos… te dije que no toqués nada, pibe. me voy a hacer un mate. Ah, no hay luz, no se donde voy a calentar el agua.

 

Escena 2: Residencia presidencial

Una cama enorme llena de almohadas bien rellenas. El Presidente se encuentra dormido hasta que el ruido de unas aves lo despiertan. Él viste un pijama de apariencia costosa, bien planchado, de color celeste con el sol de la bandera en el lado izquierdo del pecho. Este se estira casi caricaturesco, se pone sus pantuflas y nota que en una mesa pequeña de al lado de su cama le dejaron el desayuno, lo huele y va directo en búsqueda de su computadora, la cual lleva a su cama.

Presidente:

(Comienza a escribir).

“Buenos días, país. Hoy amanecí más presidente que nunca…”. No, no, más suave. “Feliz día del padre, un like y no se inunda más” …no, no… “Les mando luz” Eso. “Feliz día del padre, les mando luz y esperanza.” ¡Soy un genio!

(Va a darle una mordida a su Avocado Toast y la luz hace un leve parpadeo, la luz se apaga y se enciende su luz de emergencias. Todo se queda en silencio. Él con torpeza agarra el teléfono celular de su mesa de luz y habla)

¡Marcos! ¡Luis! ¿Están? (Gritándole al teléfono) ¡Les pago para estar despiertos, chicos! ¡¿Dónde está mi gobierno!? No hay luz. Sin luz no hay wifi. No tiene tono el teléfono. Y encima… ¡cincuenta y tres porciento de batería! Esto es un atentado. Es golpismo.

¡Luis, Marcos! Diganle al país que el presidente está bien. Y que si no tienen luz… ¡Ya volverá! voy a borrar el tweet. Ah! no se puede borrar! Bueno, pero si no hay luz, nadie lo va a leer.

 

Escena 3: Escuela pública de Rosario – Mesa 2873

(Patio cubierto y semi-oscuro de una escuela. Se encuentran Tomás, el presidente de mesa, y Gino, el vice, sentados en sillas de escuela, detrás de dos bancos del mismo tipo. Arriba de estos bancos, una caja a modo de urna con el escudo de Santa Fe).

Tomás: Artículo 37 de la Constitución Nacional. “El sufragio es universal, igual, secreto y obligatorio.” O sea que no importa si estamos a oscuras, si se cae el cielo, si hay olor a basura… ¡Hay que votar, loco! ¿Por qué nadie viene?

Gino: Te queda bien citar la Constitución, no todo el mundo puede. Además a vos se te ilumina la cara como… como…

Tomás: ¿Cara de que?

Gino: Nada, dejá. ¿Viste por algún lado en donde metimos el padrón donde firma la gente? Me extraña de vos.

(Saca con esfuerzo, de abajo de la mesa una gran lista de muchas hojas).

Viejo: ¡Disculpen, chicos! ¿Esta es la mesa 2873?

Gino: Si, si, acérquese y nos aseguramos de que esta sea su mesa.

Viejo: En mis tiempos poníamos carteles para que la gente no se confunda.

Tomás: Hay un cartel, señor.

Viejo: Estaré viejo, pero no ciego.

Tomás: ¿No puse el cartel?

Gino: ¿No pusiste el cartel? ¡y sos presidente de mesa!

(Se para con el papel y una cinta de papel para colocar aquel cartel delante de la mesa, mientras sigue fluyendo la conversación).

Viejo: Pero m’hijo… ¡Qué cabeza de novio! por allá en el 83´, el mejor año de mi vida. Recuerdo que no me distraje con una mujer, me distraje con una decisión.

Tomás: Su DNI por favor.

Gino: ¿No te distraje con una mujer, eh?

Viejo: La mejor decisión que se tomó sobre el país fue en ese año. Eso nos hace tener que agradecer que, aún con luz de velas, podamos estar aquí.

Tomás: Tiene razón el señor. Hay algo sagrado en todo esto.

Gino: ¿Que es lo sagrado? la mujer o el acto electoral?

Tomás: Che, se cortó la luz, de verdad.

Mujer de muletas: ¡No saben lo que fue esto, chicos! Vivo en un décimo piso. Se cortó la luz y tuve que bajar los diez pisos por la escalera, en esto. Jamás debí dejar pilates. Al piso tres ya estaba agotada. Y acá estoy. Porque mi papá me enseñó dos cosas: Nunca votés en blanco y nunca confiés en un tipo que no sepa cebar mate.

Tomás: Coincido. (Le devuelve el mate a Gino y sigue con la conversación)

Mujer en muletas: (Le da el documento y Gino le alcanza una boleta) Sí, y también traje la factura de EPE por si me encuentro a uno de ahí. Un día sin luz y me siguen cobrando como si viviera en Madrid. (Se rinde con su argumento) ¿Dónde voto?

(Gino la ayuda a ir hasta la puerta y vuelve justo cuando entra una Monja, radiante. Tiene en sus manos un rosario gigante y pasos lentos.)

Monja: ¡Buen día señores! (Les acerca una bolsa de papel) Traje facturitas. Deben tener un día agotador.

Gino: (Queriendo bromear amablemente) ¿Viene con la bendición incluida?

Monja: (Ríe) No, hijo. Vengo con el mandato divino. Hoy a las siete de la mañana exactas, mientras cortaban la electricidad del convento, una luz bajó del cielo y se metió por la ventana del claustro. Y una voz me dijo “¡Anda a votar, Ramona!”

Gino: ¿Era Dios?

Tomás: O una luz de emergencia vecina.

Monja: No me llamo Ramona, pero fui la única del convento que vivió aquel milagro. ¡Y aquí estoy!

Gino: (Inmerso en la conversación, mientras le da una boleta) ¿Y vota por pura fé?

Monja: Voto para que no gane el demonio con corbata.

(Sale la mujer de muletas del cuarto oscuro y esta vez es Tomás quien la acompaña hasta la urna y luego a la salida. Gino queda solo, encontrándose con una Vendedora que se acerca a la mesa apartada, mientras la Monja desaparece por la puerta del cuarto oscuro. La Vendedora carga consigo una mesita plegable y una bolsa gigante con productos variados).

Vendedora: Perdón que me meta así ¿eh? Pero como no hay nadie en la plaza y el colectivo no viene, me armé el puestito acá en la puerta. Todo por el Día del Padre. (Parece inventar cosas sobre la marcha) Hay descuentos si votás. Y si votás bien, hay yapa (le guiña un ojo).

Gino: (Entre inocente y divertido por la broma) ¿Y quién decide qué es “votar bien”?

Vendedora: La historia. Y yo, que la leo en los ojos de la gente en la calle cada día.

Gino: ¿Sabés qué? Que se corte la luz, que falte el agua, que llueva… Pero acá estamos. Una monja, un viejo, una vendedora, una mina en muletas. Y nosotros…

(Mira el lugar que dejó vacío Tomás. Le sonríe suave a la nada y ceba otro mate).

Tomás: (Se sienta suspirando fuerte) Casi se me cae del taxi. (Le roba el mate a Gino como si no pasara nada).

 

ESCENA 4: Central Eléctrica 

(El mismo panel, pero ésta vez en la oscuridad total, una radio que no suena bien con una Zamba, una lámpara de emergencia encendida, y un termo con mate. El Operario está solo, salvo por Marcos, que sigue sin aparecer en escena. Finalmente, las luces del tablero vuelven a encenderse).

Operario:

¡Ay, la gran…! ¡Al fin! (levanta el tubo del teléfono como si fuera un trofeo) ¿Sí? ¿Es usté´ jefe? No me corte ¿eh? (Pausa. Se acomoda, mira hacia donde estaría Marcos). Marquito´, es el jefe. Cerrá el pico. (al tubo) Sí, sí… Ah, ¿ahora sí nos pueden habilitar mandar luz a la provincia? Ah… Solo a Rosario y alrededores, dice… ¿Y el resto? …¿Y el sur? …¿Y la gente del oeste? (Pausa) Ah, no… bueno, sí… ¡Rosario centro es un comienzo! ¡Gracias, jefe!

¿Viste, Marcos?… Rosario va a tener luz. ¡Qué ciudad, che! Siempre Rosario, siempre Rosario. Nosotros acá, del otro lado del río con las rata´ jugando al truco en los cable´. Y a ellos le iluminan el Monumento como árbol de navida´. (Casi para sí mismo) No, si tá´ bien, igual. A mí me encanta Rosario. Malena es de ahí, vendía pochoclo en el Parque España. Una mina dulce como no hay. Después lo tuvimos a Guille y nos tuvimos que mudar, qué querés que te diga.

(Toma el mate, que está frío, pone cara de asco y lo apoya en el piso).

Bueno, Marcos… andá calentando el generador así terminamo´ rapido, me quiero ver otra vez el final de «Campanas en la noche», a ver si Male no se enoja conmigo de nuevo por verlo sin ella. Y si no, bueno…¡Al menos vamos a tener luz para cargar el celu y putear en Twitter, como argentinos civilizados!

 

ESCENA 5: Escuela pública

(Todo sigue a oscuras. Gino observa a Tomás con cierta devoción).

Tomás: Ya va a poder votar tranquila (Se sienta y comienza a observar la lista de personas con detenimiento).

(En ese momento, la Monja se acerca lentamente a la urna. Lleva su sobre como si portara una reliquia. Coloca su boleta con solemnidad. Y justo en el instante en que el papel cae dentro… ¡Vuelve la luz! Comienza a llegar un poco de gente murmurando).

Monja: ¡Gloria al Altísimo! ¡He sido elegida como instrumento divino! (Empieza a caminar entre los presentes como en procesión. Una mujer que se estaba por caer es detenida por ella, alimentando su delirio) ¡Soy portadora de la fé y la palabra del todopoderoso!

(Sale corriendo como una iluminada. En paralelo, Gino, nervioso, toma un papelito, escribe algo y se lo pasa a su compañero. Tomás lo agarra y se lo guarda sin dilemas, Gino respira hondo).

Gino: (entre el bullicio, torpe) Che… yo… quería decirte algo.

Tomás: (Siguiendo de manera automática su trabajo, agarra un DNI, busca a la persona, Gino le hace firmar, Tomás le da una boleta, agarra un DNI…) Ya empezó el trabajo bueno.

(Siguen así mecánicamente hasta que deja de pasar gente).

Gino: (Rendido) Largo el día…

Tomás: Sí.

Gino: ¡Y lo que va a ser después de las seis!

(Es interrumpido por la mano de Tomás posándose sobre su hombro).

Tomás: Si, Gino.

(Pausa. Silencio entre ambos. La mirada de Tomás se ablanda, apenas. La luz pareciera iluminarlos solamente a ellos dos).

 

ESCENA 6: Residencia

(Suena a todo volumen desde su computadora un karaoke instrumental de Queen).

(El Presidente está arriba de su cama, acompañado de un cepillo de pelo le sirve de micrófono. Salta sobre el colchón).

Presidente:

(Desafinado, a los gritos, y pronunciando mal inglés).

Buddy, you’re a boy, make a big noise. Playing in the strit, gonna be a big man somdei

You got mud on your feis, you big disgreis

Kicking your can oll over te pleis.

Wi wi, wi wil rock you

¡Singin!

Wi wi, wi wil rock you

(El show se ve interrumpido por una voz artificial que sale del parlante).

Parlante: Low battey. Connect the device to the main power supply.

(El sonido se apaga. El Presidente queda sin música. En ese instante, la luz de la habitación vuelve, ergo, el Presidente sigue su concierto mental, descontrolado).

Luis: (Voz en off desde la puerta) Señor Presidente… volvió la luz en todo el país.

(El Presidente frena de golpe).

Presidente: (Jadeando un poco) Ah. ¿Sí? Qué bueno. Avisales que… ya está. Que lo resolví.

(Vuelve a su computadora, mira el tweet que había escrito horas antes, lo borra velozmente y empieza uno nuevo tweet)

Presidente: (Escribiendo)

“Esta mañana se produjo un corte de energía eléctrica en todo el país debido a una falla inesperada en el sistema. Aún se desconocen las causas. Se está trabajando para esclarecer lo ocurrido. Un periodista especializado y de confianza ampliará la información.”

(Sonríe como si nada hubiera pasado).

Presidente: ¡Estamos en marcha!

(Arranca con “We Will Rock You” de nuevo, pero esta vez sin el karaoke).

Presidente: Wi wi, wi wil… Rock You! (Pausa, sigue en mal inglés) Yiu lítol nai, feis big disgrace…

(Sonríe).

 

ESCENA 7: Central eléctrica

(El Operario está sentado sobre el banco. Se ceba un mate. Respira hondo. Una radio pequeña sintoniza con un poco de interferencia. Se escucha la voz del Periodista).

Periodista (voz en off radio): Ampliando la información… no tenemos información. Repetimos, aún no se conoce lo que causó el desperfecto eléctrico que dejó sin luz a todo el país y parte de Uruguay y Paraguay.

(El Operario suelta una carcajada. Tos seca, se ahoga. Luego vuelve a reírse, más tranquilo, casi para sí mismo)

Operario: (Entre dientes) ¡Ta que lo parió, Marquito’! ¿Te imaginas que haya un fusible quemao?… ¡Un fusible!

(Mira al techo, sonríe con sorna, sacudiendo la cabeza)

Operario: (Con tono irónico) Pero no, mejor decir que fue una falla del sistema interconectao’ nacional, eh… suena importante.

(Le da un trago al mate. El sonido de la radio se pierde entre estática. Oscurece un poco la escena).

FIN