Revista de la Escuela Provincial de Teatro y Títeres de Rosario Nº 5029 / ISSN 3072-8975

La otra que fue

Personajes: Norma y Marilyn

Agosto de 1962. Casa de Marilyn Monroe en California. Su habitación es su propio camarín.
Un espejo de camarín, con luces alrededor. En realidad no es un espejo, es solo el marco. Dos mujeres sentadas a ambos lados de ese “espejo”.
Ellas son Norma Jane Mortenson y Marilyn Monroe, es decir, la misma persona.

Suena un jazz. Norma llora exageradamente, se seca las lágrimas y habla por teléfono.

 

Escena 1:

Norma: (al teléfono) Arrogancia, egocentrismo, egoísmo y caradurez, todo eso bien revuelto como en una especie de licuadora, servido en plato de porcelana, con un vino millonario al lado y una servilleta con manchas de desprecio y lujuria. Todo eso la mata (se saca el maquillaje de la cara y pone crema). ¿Y qué tiene que ver que use su nombre? Ella es la que está enloquecida, no sé. Fijate vos. Me estás exigiendo mucho. Yo después soy la que tengo que poner el cuerpo a disposición de la muchachita que baila en tangas por ahí. No me cierra, no me cuadra, ni lo sueñes. Dejame tener una vida normal, solo eso pido, con eso me conformo. Hacerle el bien a las dos, pero seguir viviendo, ¿eso será posible? ¿O es mucho? Yo no creo, todo gira, todo circula, todo se mueve en torno a ella. Dejame no quedar tan mal. Las seguimos pidiendo a su nombre, a las pastillas, le ponemos su nombre, y la loca maníaca es ella. Porque, escuchame: así como te pido esto yo doy a cambio también. Solo tres horas al día vivir no me alcanza. Quiero más, quiero vivir más, salir a la calle y que la brisa me choque la cara limpia, lavada, neutra, así sin brillos ni rouge. Así quiero verme, sin estiramiento ni tintura, sin ser souvenir de la gente y sonreír porque sí. Quiero ser yo. Ser normal, yo Norma. Ser normal, no ser ella. Vivir mi vida y que ella sea la que tiene poco tiempo de aparecer, porque, además, ¿en qué nos suma? Catástrofe. Ella es una  catástrofe. Se roba mis horas, así como desliza mi pelo luego de sacarme el gel engomado del flequillo.
La cosa es clara: yo no me voy a hacer cargo de su vida. Que ella viva solo minutos más que yo, ok, pero que la medicación figure con el nombre de ella: “Marilyn Monroe”. Yo solo soy el cotillón despintado. Yo estoy bien (suena música lúgubre, se miran a la cara a través del teléfono). No me importa, no quiero, no siento… ya no siento.

(Pausa. Agarra pastillas, se mira al espejo y se toma una).

Marilyn: ¿Por qué hablás de mí a mis espaldas? Decime lo que me querés decir, dale.

Norma: Pastillera berreta.

Marilyn: (cantando)
Dame cinco minutos
Cinco y nada más
Yo nací para la guerra
Vos solo comés un choripán
Nadie entiende esta malaria
Que hay en mi pensar
Vos sos cruel y exigente
Yo sola me voy a condenar.

Norma: Ni la una ni la otra. Vos sos quien va a dar la cara por nosotras. Vos te la buscaste, yo me conformo con todo esto.

Marilyn: (le saca el teléfono) ¿Qué? Sí, acá estoy… se me empaparon las manos, me tiembla hasta las nalgas (se mira el espejo y contornea su cara con un pincel de maquillaje). Mírame, ya no puedo disimular mi sonrisa, me tiemblan las vértebras, perdí el apetito, ya no puedo sonreír, usted me entiende. Me he imaginado todas las muertes posibles, una por una las he planificado, pero de verdad no entiendo qué hay de poético en morir sobre unas sogas apretadas sobre mi cuerpo. ¿Quién me recordará si caigo del quinto piso, ya con la cara desfigurada y mis huesitos bien quebraditos?
Oh no, ya sé qué es mejor: agarrar lentamente un cuchillo, mirarlo de reojo, tratar de seducirlo e invitarlo a rozar mis venas. Ay sí, cuánta pasión encuentro en la roja sangre, como mi sostén…

Norma: Enloqueciste, reina.

Marilyn: Ni se te ocurra denigrarme otra vez, con esas ojeras que te cuelgan, con tu aliento a sapo cremado, así tan simple y sencillona, tan dulce como bonita, sin labial y cubre patas de gallo, sin glamour o trajes de baño… decime vos qué pensás sin la presión del gatillo de la cámara o la gente que te ama… o tal vez no, no te aman. Solo miran con desprecio y lástima a una joven arruinada.

Norma: Yo aquí en pie me sostengo, arreglando solo mis espacios en soledad. Cuando vos te maquillás, mis heridas abiertas que se ventilan con el ventilador de techo quedan sueltas por ahí, coleccionando lágrimas, temor y silencios. Todos los aplausos son tuyos, yo solo soy esa sombra que sostiene y duele a las dos.

 

Escena 2:

(Se escuchan aplausos. Marilyn comienza a posar y se ven flashes. Sonríe falsamente. Cada vez que hace una pose, Norma siente dolor. Los aplausos aturden a Marilyn).

Marilyn: Me sangran los oídos, ¿te podés callar?

Norma: Necia y mala. Egocéntrica y traicionera.

Mientras Marilyn hace poses de diva, Norma hace poses diabólicas, corridas, desprolijas.

Marilyn: Prisionera.

Norma: Burra y sucia, cuerpo alado, vieja y trola.

Marilyn: Pobre y sola.

Norma: Muda, sorda y de piernas abiertas porque sí.

Marilyn: No puedo hablar.

Norma: Ja, ja, ja, escapando olés mejor. Siendo débil sonreís más lindo. Así devastada te ves más elegante y bueno… tus caderas son tu perdición, nadie puede resistir la tentación, hasta que te conocen y quieren dejarte. ¿Por qué será?

Marilyn: Porque te conocen a vos, loca y desalmada. “Tierna” ni en pijamas, flor de cornuda.

Norma: Cornuda será su esposa.

Marilyn: No te trae ni rosas.

Norma: Vos qué vas a saber. Andá a arreglarte las pestañas postizas, la tintura.

Marilyn: Controlo mi finura.

Norma: Ya lo creo. Aunque tus amores no dicen lo mismo. Pasajera, pasajera.

(Aparece John Fitzgerald Kennedy, presidente de los Estados Unidos. Es un títere bocón).

Kennedy (títere): Happy birthday, Miss Monroe, happy birthday para vos.

Marilyn: Amado mío, dulce despertar del cielo, quiero ser tuya hasta mi último rincón. Quiero que agarres mis senos calientes y los estampes contra tu aliento, sentirte de madrugada, ahora, solos tú y yo. Sacame de este estrago como sacaste a los misiles rusos de Cuba. Llevame a la luna en esos misiles.

Norma: ¿Con quién hablás?

Marilyn: Nadie te dio velas en este entierro.

Norma: Este entierro que cavaré con mis propias manos si algún día lo decidís (matarme).

Marilyn: Callate, insulsa. ¿No ves que se desespera por mí?

Kennedy: Mi segundo nombre es Bob. (Puede haber alguna referencia a Robert Kennedy, hermano de John Fitzgerald).

Marilyn: Burbujita de jazmín, quiéreme a mí.

Kennedy: No te quiero ni te sorprendo si te digo que a mi mujer no dejaré. Con vos no me quedaré. No respondas mis mensajes, no me llames cuando viajes, ni ahora ni nunca.

Marilyn: Puedo perder los estribos por ti.

Kennedy: Podés florecer sin mi cuerpo poseer.

Norma: Podés ser payaso aunque palmées tu regazo.

Marilyn: Puedo ser nadie y querer ahogarme en agua destilada que me haga olvidar y dolor ya no sentir. Me quiero morir.

Norma: Chiquita, acá estoy yo… grabamos la película y nos alejamos de este lugar tú y yo solas por las playas del Mediterráneo, ¿qué decís?

Marilyn: Ya la plata la gasté, una mansión me compré. La película… no puedo grabar esa película. No puedo exponerme ya, no siento exponerme. No podré hacerlo. De mí se reirán.

Norma: Que salgas por esa puerta y vayas a grabar. No me hagas que mis deditos sobre tu cuello quiera apretar.

Kennedy: Tu cuellito, tu cuellito, sabrosón tu cuellito. Dejáme saborear tu cuerpo por última vez. Una despedida, ya sabés.

(Kennedy mira a las dos, besa a las dos. Sigue un juego de a tres). 

Marilyn: Has jurado eterno amor, exijo cumpleaños tu palabra. Yo aquí estoy desesperada.

Kennedy: Una noche.

Marilyn: La vida entera.

Kennedy: Un polvazo.

Marilyn: Te doy mi vida entera en un frasco.

Kennedy: Ni amor ni corazón. Yo solo quiero alejarme de vos.

Marilyn: Un beso antes, y te secuestro.

Kennedy: ¿Con ese labial que llevás puesto?

Marilyn: Con todo mi perfume, eres tan apuesto.

Kennedy: Quiero comer una empanada, meterte bien adentro mi rebanada.

Marilyn: Llegar al centro de tus pensamientos.

Norma: Fingir demencia como lo estás haciendo.

Marilyn: Ser trampolín cuando te desesperás.

Kennedy: Ocultarme en las flores de la primavera.

Marilyn: Hacerte el amor hasta que amanezca.

Norma: Ser una mina jodida que no registra cuando alguien se aleja.

Kennedy: Ser tan tarada.

Marilyn: Una enamorada.

(Se va Kennedy).

Norma: O una pesada… No lo jodas más.

Marilyn: No iré a grabar. Quiero decorar mi hogar o, mejor, morir para no existir. Quiero volar por el cielo y conocer a Dios, seducir a Dios… eso no puede fallar. Él a mis pies rendido caerá.

Norma: ¡No seas tan cabrona! Pensá en tu persona… Dios no te querrá. Nadie te quiere, ni yo misma desde que te conozco (desde que apareciste).

Marilyn: (piensa y llora) Me compré una casa con la plata de una película que nunca grabaré, porque ya no existiré. Mi eterno amor no quiero ser, mi eterno amor y vos…

(Se miran con Norma, se ahorcan mutuamente).

Marilyn y Norma (cantando):
Ya vengan, pasen
Es la función
O alguna foto
Una ilusión (posan)
Dame otra fotito
O un papelón
Esta sesión de fotos
Me la llevo yo
A la tumba, señores
Y algún rock and roll
O un jazz siniestro
Desde mi balcón
Te lo canto a duras penas
Como mi muerte hoy.

(Música psicodélica. Ella representa distintas formas de morir: atada al cuello, pastillas, cuchillo. Suena el teléfono. Atienden ambas. El momento es paródico).

Marilyn: Morir, eso quiero.

Norma: No lo hagas.

Marilyn: Suerte y gracias.

Norma: Que ni se te ocurra.

(Se miran en silencio y respiran. Suena el teléfono. Ambas están aturdidas, aparece Kenndey).

Kennedy: Atendé.

Marilyn: Pi, pi, pi… está colgado (ríe).

Norma: Nos fuimos, salimos, no estamos, mi amor.

Kennedy: Qué pena decirte que sos solo mía. Esto se terminó, aunque te soy sincero: cuando estuvimos fui tuyo y vos fuiste mía, pero se terminó.

Marilyn: Querrás decir, de las dos.

Norma: Ni una ni la otra: las dos. Ni a ella ni a mí, a ambas, papuchi. Besame, besala, dale. (Ambas forcejean por él y ríen). Es mío, mío.

Kennedy: Basta. Aflojá un poco la ansiedad.

Marilyn: ¿Ansiedad? ¿A quién le decís? ¿A mí o a ella?

Norma: ¿Ansiedad? Pobre, ni conocés de ansiedad. No sabés con quién te cruzaste (se pone unos lentes oscuros).

Kennedy: No estás bien.

Marilyn y Norma: “Estamos bárbaras”.

(Le tiran un tiro con una escopeta y el títere desaparece).

Marilyn y Norma (cantando):
Y repetirán
Tanto hasta cansarse
Se arrepentirán
Gritando
Borracha, loca
Cantando
Oh mi Dios, mi amor
Dame una palmada
A esta señorona
Algo maniaca.

Norma: ¿No eras estrella?

Marilyn y Norma (cantando):
Somos perseguidas
Por la fama loca
Soy mi propia ejecución
Por eso muero seguido
Me disfrazo de mí misma y salgo a matar
A rabiar
A mirar y ser mirada
A mirar y ser juzgada
A bailar y ser amada
Y guiñar (ojo)
Y ser atada
Atada a mí misma, a mis sueños
A mi extraña adicción de perder.
Por una vez en la vida te pido y te exijo: dejame ir.

(Marilyn se desmaya sobre la silla. Norma llora. Termina como empezó).

Apagón.